Gabal salió sola de Smara cuando entró la invasión y abandonó allí a su marido e hijos. Al parecer tuvo graves problemas de salud mental durante la huida, por lo que su testimonio a veces tiene algunas lagunas. Se reunió con su marido Mohamed Najem Sueilem y sus hijos en Tifariti: Safia, Iselmu y Hmetu Mohamed Najem. Ésta última desapareció cuando entró la invasión y no tiene conocimiento de su destino. Cuando llegó a Tifariti y encontró a su familia justo ocurrió el bombardeo. Fue herida en el hombro y la rodilla y la trasladaron a Rabuni. Gabal desconocía en el momento de la entrevista el listado publicado por el Consejo Consultivo de Derechos Humanos. El nombre de Hmetu Mohamed Najem no se encuentra en dicha lista.
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