Cuando escuchamos los relatos de una desaparición, nos gustaría enviar mensajes de consuelo, de ánimo o de reivindicación. Con esta actividad pretendemos llenar el rostro de palabra, convertirlo en mensaje, en poesía o en grito.
Cuando escuchamos los relatos de una desaparición, nos gustaría enviar mensajes de consuelo, de ánimo o de reivindicación. Con esta actividad pretendemos llenar el rostro de palabra, convertirlo en mensaje, en poesía o en grito.